Después de la denuncia de un particular pudimos conocer la terrible situación de Martita, de su mamá Doña Isabel, y de otros muchos animales en una granja cercana a Sevilla.
Miles de vacas son explotadas y maltratadas en granjas de consumo, donde nacen sin nombre, donde son separadas de sus hijas al nacer…donde sus vidas solo valen el tiempo que sigan produciendo beneficio.
Doña Isabel y Martita hoy tienen nombre y son respetadas, atendidas y queridas como todos los animales que habitan el Santuario la Candela.