Chocolate fue tirada de un coche en marcha en un día de lluvia. Unos vecinos estuvieron presentes en ese momento y la acogieron unos días en su casa.
Un alma sin chip y con problemas de coordinación muy severos pero sigue con ánimo y fuerza. Es alguien que quiere luchar, que quiere vivir.
La encanta el calor humano, las voluntarias nos enamoramos de ella en solo unas horas, su mirada, su fuerza, sus ganas de vivir nos han hecho sentir una profunda admiración por esta valiente.