Fueron rescatados por unos activistas. Y desde entonces no se separan en ningún momento el uno del otro. Además son muy muy cariñosos con el equipo humano de la Candela. La hora del desayuno les hace especial ilusión. Llegaron siendo unos bebés y ahora son todo unos grandullones.

Akira
Cuando aquellos a los que Akira consideraba su familia se percataron de la lesión de la pequeña, decidieron dejarla en la puerta de nuestro santuario.